sábado, 30 de marzo de 2013

DESDE LITUANIA

A veces una misma experiencia vista con otros ojos y expresada con otras palabras nos dice tantas cosas nuevas...

Escribe Sofija desde Lituania. Escúchale sin prisas.


Cada año en la convivencia de Kretinga (campo de trabajo social) aprendo algo nuevo. Ese año entendí que aunque nos parece que somos las salvadoras y que vamos a cambiar las vidas de los ancianos y la gente pobre, la realidad es un poquito diferente. La verdad es que cada experiencia nos da más de lo que podemos imaginar. Los abuelitos me enseñaron a sufrir, crecer y dar gracias a Dios por cada minuto de felicidad. Las familias pobres me han mostrado que el dinero no es muy importante si de verdad quieres a tu familia. Sin dinero la vida puede ser igualmente divertida, plena, llena de amor; sólo tienes que poner más esfuerzo. Me gustó lo que me dijo mi amiga durante la convivencia: "No puedo creer que mi sonrisa sea suficiente para hacer a alguien feliz. Lo que no sabemos es que las pequeñas cosas que hacemos son las más importantes. La gente que me pareció que iba a salvar al principio de esas convivencias, me  han salvado a mi. Recibí más de lo que dí. Aprendí que cada persona es un tesoro, cada persona es una historia que te puede enseñar algo muy  valioso si la dejas. 


(gal tik reiketu įrašyti ispaniškas raides nes pas mane nera:)

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