Se cuenta de un periodista americano que, viendo cómo la Madre Teresa atendía a un enfermo, le dijo manifestando su repugnancia que él no lo haría ni por un millón de dólares. A lo que ella le contestó:
- No, por un millón de dólares yo tampoco lo haría.
Lo hacía por Jesús.
Con el paso de los años, me he dado cuenta de que echar una mano en un comedor de beneficiencia o atender a los pobres es difícil y requiere fuerza de voluntad solo al principio. Al cabo del tiempo, la mayoría de los que se dedican a estas tareas experimentan una enorme felicidad.
Del libro " La Madre Teresa de Calcuta" de Leo Maasburg.
y descubre la grandeza de tu vida cuando te das a los que te necesitan. ser voluntaria es ser un regalo para los demás. entrar en la órbita de la felicidad. descubrir una nueva dimensión.
jueves, 21 de febrero de 2013
Ni por un millón de dólares
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